El morbo de un lugar
Que largo se hace el camino desde el metro hasta esa casa a la que tantas ganas tengo de llegar. Desde el día que me propuso ir a casa de su ex a disfrutar de un buen rato de morbo… pudo conmigo. Conoce mucho de mis puntos débiles y sabe que el morbo de según que situaciones me pone. Así que hasta allí íbamos. Paramos a comprar unos pastelitos de chocolate, tenía lambrusco enfriando en la nevera, y siempre va bien algo para acompañar. Durante el camino, casi guardando las distancias. Ese huevo vibrador metido bien al fondo. Mojada al máximo, sentía como estaba húmeda y muy abierta… el paso bien firme para sentir aún más el cosquilleo de las marchas que él con el mando iba cambiando… Llegamos al portal, subimos la escalera y nada más entrar, creo que aún me mojé mucho más. Encierra a la gata que por allí campaba y nada más tenerla ya encerrada, se acerca a mi y empieza a besarme como si fuese el último beso que de sus labios salía… No puedo más y me abandono a él, lo deseo como