Mi bisexualidad

Descubrí ya hace mucho tiempo que las mujeres pueden ser mucho más que amigas, y que los besos castos en las mejillas y los abrazos cómplices, pueden tomar otro cariz bien distinto en según que momentos.
Fue una sorpresa sin duda, con mi mejor amiga, en los lavabos de una conocida discoteca, con varias copas de más y nuestros respectivos chicos, en la barra tomando otra copa… lo que ocurrió allí dentro de aquel lavabo en aquel momento me desconcertó… ¿habría equivocado mi tendencia sexual?... el disfrute con mi amiga (aún y las circunstancias…) fue algo tremendamente sensual y morboso…
Al pasar los días lo hablamos (ya serenas), para ella aquello nunca había ocurrido, para mi… fue el despertar de una sexualidad escondida, que estuvo mucho tiempo latente, esperando para salir.

Pasaron los años y era algo que en mi seguía presente, un día con un chico de aquella época loca mía, quedamos con una chica para un trío, yo quería seguir experimentando más, mucho más de las relaciones entre las mujeres. Y así fue… fue el comienzo, desde entonces la bisexualidad para mi, es tan natural como el beber agua…

Y seguí probando y experimentado y encontrándome a gusto y super-excitada al estar con una mujer… Y me gusta y me apasiona. Porque el sexo entre mujeres adquiere un cariz completamente distinto al de los hombres, la dulzura y la sensualidad que se desprende en ese momento, el acariciar una piel femenina, besarla, morderla, chuparla… hacer que llegue al orgasmo con mis manos y mi boca.
Sentir yo el orgasmo de labios de una mujer, con su cuerpo y con su esencia… es algo que me apasiona por completo.

Curiosamente en la sociedad en la que vivimos, al menos en los ambientes en los que yo me suelo mover, la bisexualidad femenina se ve como algo natural, a veces casi como que va implícito en la mujer (cosa que no es verdad), en cambio en el hombre, aún se ve como algo extraño y fuera de lugar… cosas de la sociedad… (ni que decir tiene que ver a dos hombres juntos a mi… también me pierde… morbosa que es una…)

Me quedo eso sí, con dos mujeres besándose, dándose mutuo placer, mientras cerquita tengo a mi chico, disfrutando del espectáculo, del que se sabe espectador, para pasar posteriormente también a ser parte implicada.
Es un morbo más añadido, las caricias de una chica y la mirada perversa y excitada de él… compartir a una mujer con el hombre que amas, es sublime.

¿Qué más se puede pedir?